martes, 6 de diciembre de 2011

EL ÁNGEL DEL ÁNGEL


Esto fue lo que sentí cuando tuve que afrontar mi final de ilustración.

La verdad no sabía qué hacer, en ciclos anteriores lo único que hacía era escoger una
imagen y reproducirla sin embargo, este ciclo el principal problema no fue el "qué hacer" sino
el "cómo hacerlo". 

boceto que no fue




Cuando no funciono, decidí tratar de hacer algo diferente, tratando de poner mi propio estilo
y así fue como decidí hacer una ilustración de Ayami Kojima. Fue ahí cuando me di cuenta
que para llegar a cierto nivel de imaginación me faltaba mucho por aprender y, además, no le
tenía mucha fe a la acuarela.

A cada segundo que avanzaba el trabajo más me daba cuenta que la acuarela era una gran aliada y
que no tenía que tenerle miedo, solo tenía que saber cogerle el truco. Al final, pude tener un
trabajo que me dejo satisfecho y me deja con ganas de mas. He aprendido que con práctica
se pueden lograr grandes cosas.

A Continuación dejo el proceso de mi trabajo y al final por el original junto al mío


                                                          









  Así quedo al final del proceso


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